miércoles, octubre 03, 2007

Artículo Vida Económica Octubre 2007

Tema: ¿Innovación? Sí gracias

El mes pasado tuve la oportunidad de presentar el tema de la innovación, su gestión, y la gestión de ayudas a un grupo de empresarios andaluces, lo que me dio pie a la siguiente reflexión. Es evidente que se ha progresado y que las actividades de innovación de las empresas en la actualidad han crecido ostensiblemente desde hace décadas. Aún con ello, según el Indicador Sintético de Innovación Tecnológica 2007 de N-Economía, Andalucía sigue a 25 puntos del índice nacional (Andalucía=75, España=100), y a 100 puntos de la comunidad que mejor índice tiene (Madrid=175). El sentido del indicador es aplastante: nos queda mucho por hacer. Y no pretendo echar la culpa a nadie, todos sabemos de donde venimos. Pero, como decía Séneca, no hay viento favorable para aquel que no sabe a donde va, y, según parece el destino, en términos de futuro, si se caracteriza por algo es por la importancia que tendrá la innovación. No podemos mirarnos a nosotros mismos, hay que apostar por lo novedoso, hay que cambiar las estructuras, hay que ser más productivos, más eficientes también, pero sobre todo más innovadores. Que esto está relacionado con todos los agentes del conocimiento también resulta preclaro, y es penoso que, como ejemplo, sea en patentes, donde estemos aún más lejos de la media, siendo esta de 63 y en Andalucía de 41, solo por delante de 4 Comunidades (de las 17 consideradas en el estudio, al no incluir Ceuta y Melilla). Esto es preocupante y hace falta un esfuerzo de todos, en todos los ámbitos, nuestro futuro está en juego. Para salir de esta situación, digamos a la innovación, sí gracias. Y hagamos de ella algo más que una palabra. Entendámosla no como despreciar lo ya conseguido o lo que suena a histórico ni mucho menos, sino como hacer algo nuevo, o hacer algo que ya se hace, pero de forma diferente, o hacerlo en un contexto diferente, con mejoras claras. Entendámosla en todas sus dimensiones, innovaciones tecnológicas, de producto, de proceso, comerciales, organizativas o de gestión. Seamos imaginativos y conquistemos ese espacio que puede ser nuestro. Entendamos que la innovación NO es fruto de la suerte o de la casualidad, que requiere un trabajo colectivo intenso, organizado y dirigido a un objetivo concreto. Y hagamos partícipes de ella a todos nuestros colaboradores. Como leía el otro día en el blog de Tom Peters, el futuro de la empresa es algo que se crea e inventa conjuntamente con los clientes. Y diría más, que se crea, inventa e innova con nuestra familia, compañeros de trabajo, empleados, clientes, instituciones, etc. Por tanto, permítanme que hoy diga, más que nunca, a la innovación, sí gracias.


Web: www.gieb.uma.es