miércoles, febrero 07, 2007

Presentación en la Convención de Seguired

El pasado 2 de febrero realicé la presentación "Formas organizativas: modelos para empresas en expansión trabajando en red" en la I Convención Nacional de Seguired (www.seguired.com),
en El Rompido (Huelva),

Noticias sobre el evento:

http://www.canalsur.es/informativos/noticia?id=3021&idCanal=

Vida Económica Enero 2007

El cambio de la conducta humana

Tras leer uno de los últimos “post” en el blog de Tom Peters, web que recomiendo (www.tompeters.com), dedicado a cómo la conducta humana es tremendamente difícil de cambiar cuando se trata de la propia conducta, máxime cuando, como líder de algún equipo, se trata de modificar la conducta de los demás. Realmente es clave la conducta que tengamos diariamente, lo que hagamos día a día con los recursos de los que dispongamos. Pero, y creo que esto es claro para todo el mundo, no fuimos educados para vivir y trabajar en un mundo de tecnología, de competencia global, multilinguísmo, multicultural, que caracteriza nuestro entorno profesional y empresarial de hoy día. ¿Cómo enfrentarse a ello?

Lo normal es que siga haciendo lo mismo aunque se tengan otros recursos. Y pondré dos ejemplos. Ocho de la mañana de un martes laborable cualquiera. Me desplazo desde las cercanías del PTA hasta el centro de Málaga para impartir unas clases, resultado: una hora y diez minutos en caravana. ¿Por qué? Creo que tenemos los medios tecnológicos (ordenadores, redes, telecomunicaciones, internet, etc.), organizativos (supervisión remota, modernos sistemas de motivación y recompensa, etc.), sociales (web social), económicos (infraestructuras), etc., para poder evitar estos movimientos sin sentido de una lado para otro en una zona de unos 30-40 kilómetros. Sin embargo, lo seguimos haciendo, y como ya indicaba en otra ocasión, no lo hacemos solos, a nuestro alrededor hay cientos de personas.

Pero no cambiamos, seguimos perdiendo un tiempo precioso, poniendo en peligro nuestra seguridad, y… no cambiamos. Esto es desde la óptica de personas que, evidentemente tienen que cumplir unas condiciones organizativas que les son “impuestas”. ¿Qué pasa con el otro lado? Los jefes no se fían, cuando se pretenden concentrar horarios (para eliminar el discutido descanso de dos horas para comer y con ello evitar atascos) o reducir jornada (y salario, cuando se trata de conciliar la vida familiar y profesional) resulta que la negativa está casi asegurada. Y no solo eso, sino que como demostraba recientemente una investigación aquellos que consiguen ciertas mejoras, como podría ser organizarse algunos días mediante teletrabajo, corren el peligro de quedarse fuera de futuras promociones profesionales.

Y es que nos cuesta cambiar de una conducta desarrollada en una sociedad industrial donde la presencia era algo necesario a una sociedad del conocimiento donde la presencia física ya no es tan relevante. Y deberíamos empezar por nosotros mismos, por cuestionarnos el por qué de ciertas conductas. Evidentemente, se trata solo de una reflexión, pero quizás contribuya a que alguien anónimo cambie sus conductas, a la luz de los nuevos recursos disponibles, y con ello, quizás, el que escribe u otros se vean beneficiados.

Antonio Padilla